Operaciones logísticas
Los operaciones logísticas se encuentran ante un reto importante: canalizar y dar sentido al data que generan día a día, que no es poco.
Las exigencias del mercado, la implantación de nuevas tecnologías y la globalización conllevan un cambio en la forma de gestionar los procesos logísticos y de asignar los recursos.
Con todo, aún es sorprendente ver la cantidad de empresas con departamentos logísticos que dan la espalda a la transformación digital, perdiendo con ello calidad en su servicio de entrega, ralentizando tiempos de respuesta y, en definitiva, no consiguiendo ni el nivel de satisfacción al cliente ni la cifra de ventas que quisieran. Por todo ello, es clave contar con un gran aliado que nos permita, no solo optimizar procesos, sino ser capaces de reaccionar ante cualquier imprevisto, adelantarnos a tendencias y dar un servicio al cliente excelente. ¿De quién se trata? Del DATO.
Es abrumador, impaciente, y poco emocional. Nos rodea. Se pasea por nuestra compañía como un jubilado por el parque, recordando el pasado, y con la mirada llena de experiencia. Lo contemplamos con apariencia de interés, pero con la sensación de que nos va a poder ayudar poco. Sin embargo, esconde tanto conocimiento que deberíamos encontrar una forma de prestarle más atención.
La analítica de datos tiene un fuerte poder a la hora de gestionar una compañía y, concretamente, los departamentos logísticos. Son la pieza clave del puzzle. Los datos y, por supuesto, la correcta interpretación de los mismos, son lo que nos va a permitir, por un lado, reconocer y analizar el estado en el que se encuentra nuestra compañía (en qué vamos bien, en qué vamos mal, qué procesos podemos mejorar); por otro lado, tomar decisiones acertadas y, además, de una forma muy ágil y alejada de cualquier suposición.
La cadena de suministro, más interconectada que nunca
Los departamentos logísticos deben coordinar una cantidad enorme de materiales y recursos: horarios de llegada y salida de la flota de camiones y/o barcos, control de los contenedores (por tipo de mercancía, tonelaje, destino y procedencia…), gestión de la rotación de los horarios, etc.
De esta manera, y con el objetivo de dar un sentido lógico a la información, es fundamental plasmar, monitorizar y visualizar la información en dashboards de negocio. Una solución tecnológica que nos permite, no solo convertir la información en conocimiento, sino tomar decisiones coherentes y de una manera muy rápida.
Pero, ¿por dónde empezar a montar nuestro dashboard?
Definición de un objetivo y elección de KPI
¿Qué queremos conseguir con nuestro dashboard? Quizá agilizar los tiempos de entrega de la mercancía, potenciar la satisfacción del cliente, reducir el tiempo de respuesta ante cualquier incidencia…
Sea cual sea nuestro propósito, lo importante es saber a dónde queremos llegar, pues va a ser determinante para elegir los indicadores o KPIs que se mostrarán en el panel. Así, de una forma muy visual e intuitiva, sabremos los puntos en los que podemos mejorar, qué estamos haciendo bien y, en definitiva, dónde debemos focalizar nuestros esfuerzos.
Si bien es cierto que cada departamento tendrá unas necesidades específicas en función de las operaciones logísticas que cumplan, hay determinados indicadores que sí o sí son necesarios consultar. Os detallamos algunos ejemplos:
- Geolocalización de pedidos.
- Trayecto de las órdenes (origen, destino, distancia, fecha y hora prevista de llegada).
- Detalle de transportistas: nombre, órdenes asignadas.
- Tipología de contenedor
- Estado de los principales puertos marítimos y secos
- Tipo de orden: importación/exportación.
- Camiones disponibles
Dar valor al equipo
Detrás de toda decisión hay siempre un equipo de trabajo. Por ello, cuando planteemos un dashboard debemos pensar en las personas que van a consumir la información y plasmar los datos que realmente ayuden a tomar decisiones correctas. Además, el equipo, de un solo vistazo, debe ser capaz de sacar conclusiones rápidamente y detectar cualquier anomalía (por ejemplo, dónde está la mercancía, si hay retrasos en la entrega por un accidente o por cortes de carretera, si hay más o menos tráfico, si hay inclemencias meteorológicas, etc.).
Tener toda esa información en tiempo real y a la vista nos da una capacidad increíble para tomar decisiones rápidamente, para detectar cualquier alerta (con un indicador de color, por ejemplo, que vaya cambiando en función de la gravedad de la situación) y actuar al instante. No solo ahorramos en tiempo, sino también en dinero (¡y mucho!).
En definitiva, el desarrollo de un proyecto tecnológico que nos brinde información en tiempo real sobre las operaciones logísticas es crucial para mejorar el desempeño de cualquier cadena de suministro. La correcta selección de las métricas y su monitorización y visualización en real-time trae consigo una mejora innegable en la competitividad y nos ayuda a definir acciones de mejora puntuales.
Y tú, ¿das la espalda a la transformación digital?