El juego oculto: desafíos para la digitalización deportiva
En el inmenso estadio del mundo deportivo, los clubes y los equipos están compitiendo en una carrera constante para lograr un elevado nivel de digitalización deportiva.
Los aplausos ensordecedores y el rugido de la afición se deben fusionar con el mundo digital. Un mundo que genera muchos datos de gran valor para estas empresas.
Hoy quiero analizar varios pain points que deben ser tratados si se quiere lograr una digitalización deportiva totalmente funcional.
1. Convertir la pasión en valor
En un mundo donde el fenómeno fan se ha asentado como la principal forma en la que seguir un deporte, la base de aficionados de los clubes no ha parado de crecer en los últimos años.
Sin embargo, a pesar de que el fervor de los fans es continuo, las empresas deben luchar por transformar esa pasión en modelos de monetización sostenibles, que permitan a los clubes reinvertir ese cariño de los aficionados en nuevos activos.
2. El dilema de los datos
A pesar de que tengamos el esquema del ecosistema de datos, es necesario preguntarnos: ¿Qué información es clave realmente y qué datos me interesan? La diversidad de plataformas sociales y fuentes de datos presenta desafíos para el uso de datos relevantes, por lo que es necesario adoptar estrategias diferentes en función de nuestro objetivo.
Asimismo, en ámbitos deportivos donde priman los modelos tradicionales, la validación del dato se vuelve crítica, por lo que el reto es digitalizar los datos propios y migrar de modelos de gestión tradicionales a una digitalización plena.
3. La selección digital útil: la victoria digital
En un panorama con recursos limitados, el éxito no se encuentra solo en identificar los KPIs cruciales del sector deportivo como pueden ser:
- Retención de abonados
- Valor de marca
- Asistencia y audiencia de los eventos
- Engagement de los aficionados
La clave se encuentra en tener esos datos disponibles de una forma muy visual a través de dashboards para que todo el mundo tenga acceso y así se puedan adaptar las estrategias que se tengan en marcha. Esto permite mejorar la eficiencia operativa de los equipos para poder llevar una comunicación más afectiva con los seguidores que garantice un mayor compromiso con los aficionados.
4. Inclusión digital: abriendo las puertas
La inclusión digital es otro de los desafíos a los que las organizaciones deportivas deben enfrentarse en este viaje de transformación. La unión entre comunicación y negocio es esencial para superar barreras y monitorizar distintos públicos de forma satisfactoria. Todo ello ayuda a fortalecer la lealtad y el compromiso de sus seguidores, así como mantener una clara ventaja competitiva en términos de alcance de mercado.
Un ejemplo de ello, es intentar encontrar la forma de hacer un seguimiento de los movimientos que realizan las personas mayores, que no suelen utilizar las nuevas tecnologías, lo que dificulta poder analizar su comportamiento de compra. Proporcionar interfaces digitales intuitivas y fáciles de usar, así como tutoriales que les enseñen a cómo comprar entradas en línea son algunas de las soluciones planteadas para que el aficionado más mayor pueda sentirse escuchado por parte del club y que, de esta forma, se pueda monitorizar fácilmente sus acciones.
Digitalización deportiva: hacia un horizonte digital
En definitiva, la digitalización deportiva es un proceso que lleva su tiempo y necesita que se eliminen los pain points fundamentales para poder completarlo de forma satisfactoria. Es por ello, por lo que las empresas tienen que ir poco a poco en la consecución de objetivos que mejoren su eficiencia operativa y una mayor agilidad en la toma de decisiones.
Un ejemplo de ello son las televisiones, las cuales, siendo un medio de comunicación tradicional, han sabido adaptarse a la digitalización mejor que nadie para poder personalizar su contenido. Actualmente, para medir su audiencia ya no son necesarios los audímetros, puesto que todas las smart tv están conectadas, algo que se representa en forma de dato a través de dashboards. Todo ello ayuda a que las televisiones puedan elegir cuáles son los contenidos y formatos que mejor funcionan y cuáles no, así como retener y atraer nuevas audiencias.